Introducción al Miedo. Un Cuento que no da Miedo.
El Miedo es inherente a la Vida, puesto que es la herramienta más poderosa para preservarla.
Conviene distinguir entre el Miedo ante una circunstancia en el Aquí y Ahora que compromete nuestra supervivencia, y el Miedo Psicológico creado por nuestro Ego para que no busquemos a nuestro Ser. El Miedo se ha convertido en uno de los temas estrella de nuestra Existencia. En futuras publicaciones iremos profundizamos en el que probablemente es el Tema con mayúsculas de nuestra Vida.
¿Y que mejor forma que entrar al Reino del Miedo que a través de un Cuento? Un cuento mágico de Polaridades, de miradas Desconfiadas, de Autoexigencia, de Ansiedad y de Percepciones. ¿Se parecerá a lo que ocurre en nuestra cabeza?
Bienvenid@s al REINO DEL LAGO ENCERADO.
Me encanta visitar a la Reina Kali, me decía mientras acicalaba mis plumas calentadas por el sol. Ser una Oca interesante, intelectual y preciosa no es fácil. Además, tenemos fama de malhumoradas, pero somos encantadoras. Nos gusta tener esa pose de “malote”.
Al Reino del Lago Encerado sólo se puede entrar por invitación. La puerta es invisible y tus ojos sólo verán fango y suciedad cuando pasas enfrente, pero cuando tienes la invitación, te pones las katiuskas y no te importa meterte hasta la cintura en el barro, total… ¡sólo es tierra y agua!
Qué tendrá esa Kali que me “suliveya”, es una mezcla de Amazona y Reina de Corazones.
En el Reino del Lago Encerado sólo hay polaridades femeninas y, por eso, tienen que invitar de vez en cuando a polaridades masculinas para que no se rompa el equilibrio cosmogónico. Aquí el trabajo es tomar el sol y la obligación es sonreír. Lo han construido Ellas, a partir de la charca del pantano y tras la visión de Kali, en la que la serpiente emplumada le anunció que tenía que crear el nuevo Tenochtitlan. Esta vez Kali tenía que asegurar que no despertaría las envidias de ávidos conquistadores. Cuando una serpiente emplumada te da una misión, sabes que la cumples o la cumples, porque su aliento es tan fétido que no quieres volver a olfatearlo.
Kali era “cortesana”, vamos que era muy amable, y hacia muy buenas torrijas, no hay nada que deleite más a la serpiente emplumada que una torrijita jugosa. Construyó su Reino cortando el pantano “al bies”, como una buena torrija. Luego pidió a todas sus compañeras que sacaran de sus cuerpos toda la leche que fuera posible y la lanzaran al pantano. Las aguas marrones y ferruginosas fueron cambiando de color y brillaban como un huevo de oca recién puesto. Para celebrar este cambio ecológico invitaron a la Abeja Reina, famosa por sus sabios consejos, a una suculenta cena. En ella departieron, bailaron y brindaron. Satisfecha por tan cálida recepción, la Abeja Reina les dio un regalo. Su colmena rociaría todos los días fresca miel sobre el lago. Cada vez que la miel rozaba la superficie del lago, éste se “endurecía” y se convertía en una pista de patinaje y por eso, le llamaron el Lago Encerado. Cada vez que alguien se lanza por el lago todo le resbala, las críticas, las opiniones, los objetivos, … Sólo hay movimiento perpetuo, cambios de dirección y muchas risas… y si te caes no pasa nada, ¡es esponjoso como una torrija!
Hoy voy muy esperanzado y contento, la vida fuera del Reino del Lago Encerado me abruma…, que si busca comida, sé “majete” para que no te metan en la cazuela, busca oca para procrear, aunque a veces voy de oca en oca y me deprimo cuando no me toca jajaja.
Algún día crearé mi propio lago encerado, e invitaré a la Reina Kali y a todas las Polaridades a lanzarse sin que tengan miedo a que nos descubramos, mirándonos a los ojos sin codiciarnos.
En este lago nos reflejaremos y veremos de vuelta la Confianza que merecemos, y finalmente, podremos Reconocer al Otr@ en Nosotr@s.
