Las “Caricias”

Este maravilloso concepto esconde detrás un gran secreto que todas las personas tenemos, la abundancia. Como casi todo lo que disponemos sin coste y de forma ilimitada sufren nuestro particular ostracismo.

En el artículo del “hambre humana”, hablábamos de la necesidad de estímulos y de reconocimiento. Pues bien, ambas se colman con las caricias.

Las caricias son cualquier comportamiento que dice a la persona que tenemos enfrente, te veo y te valoro. Las caricias pueden ser positivas, negativas o mixtas (aparentemente positivas, pero con mensaje psicológico negativo). Cuando no recibimos caricias positivas, ¡buscaremos las negativas!, preferimos que nos den caricias negativas que no ser vistos/as.

Si las clasificamos por el aspecto que estimulan pueden ser:

  • Incondicionales: por lo que somos, sin hacer nada a cambio.
  • Atributivas: por las cualidades personales.
  • Condicionales: por algo que hemos hecho.

Las más potentes son las incondicionales. No hay que confundir una verdadera caricia con adular. Para ello, vamos a ver qué características deben reunir para ser consideradas como tales:

  • Personalizadas
  • Adecuadas (la causa es coherente).
  • Sinceras.
  • Argumentadas.
  • Dosificadas (con proporcionalidad).

Tenemos un mito inconsciente instalado, las caricias positivas se agotarán si se intercambian libremente sin restricciones. ¡Es mentira! Son ilimitadas, son gratis y ¡sientan muy bien!, tanto a quien las recibe como a quién las da. Cuando estamos instalados en el ego medimos las caricias positivas que damos, cuando estas en el SER son espontáneas.

¿A qué esperas para repartir tu abundancia? Oye y reflexiona, a lo mejor eres bueno/a dando caricias, pero ¿eres bueno/a recibiéndolas? No tires a la basura ninguna caricia auténtica, tu autoestima subirá, tu bioquímica cerebral generará moléculas que te harán ver la vida más amable y surgirá de ti espontáneamente “acariciar” a los demás.

Inunda tu vida de caricias. En mi caso, mis hermanas son una fuente de caricias estupendas, ¿cuáles son las tuyas?, ¿desaprovechas alguna oportunidad de dar una caricia?

Bienvenido/a al banquete de la vida, que nos regala la posibilidad de dar caricias positivas hasta el infinito.

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